Este libro aporta contribuciones fundamentales. En primer lugar, busca generar conocimiento basado en la evidencia sobre los efectos generados por la pandemia en la salud mental. En segundo lugar, permite identificar la forma diferencial en la que estos efectos afectan a distintos grupos poblacionales. En tercer lugar, ayuda a convertir la actual situación de pandemia en una oportunidad única para proporcionar recomendaciones para una política pública en salud mental. Puesto que la Política Nacional de Salud Mental se debe fundamentar en la evidencia, este trabajo aporta una guía de acciones concretas de implementación que trascienden la pandemia. Los hallazgos resaltan la importancia de que las acciones de política pública se centren en los determinantes sociocontextuales de la salud mental y en la necesidad de orientar un enfoque diferencial que apunte a características propias de los diferentes grupos poblacionales. Se podría suponer que las actuales condiciones de pandemia pueden contribuir no solamente al conocimiento científico, sino que también a acelerar el proceso de implementación 31 de la política de salud mental después de la pandemia. Este libro contribuye a fortalecer las políticas de salud mental y a disminuir la brecha entre las necesidades existentes y las intervenciones disponibles
